Karne Kulture edita un protocolo de actuación ante agresiones sexuales para salas y promotores
Protocolo de Karne Kulture Prevención e intervención en agresiones sexuales en el ocio nocturno.
Este protocolo se elaboró tras las sesiones en la Sala de Arte Joven como parte de la exposición “Una imagen que no duela ni cueste mirar”; donde Ontologías feministas organizó y medió un debate entre promotores de la noche y público, sobre “la seguridad” de los espacios de ocio nocturno.
Profesionales de la psicología han revisado el protocolo, a fin de generar un contenido eficaz y unas medidas susceptibles de disminuir el abuso sexual, que supone un problema para la salud pública de la población, y especialmente, para la de las mujeres. Y cuyas dimensiones reales todavía se desconocen por los tabúes que giran en torno a la problemática y porque una de las consecuencias psicológicas es el sentimiento profundo de vergüenza y el mantenimiento del silencio, lo cual perpetúa que los abusos se sigan propagando.
10% Abusado!
Los últimos estudios apuntan a que 1 de cada 10 personas ha sido sexualmente abusada. En una sala de fiesta, esto supondría que el 10% ha sido abusado. Las personas sexualmente abusadas tienen el doble de posibilidades de volver a sufrir un abuso sexual, lo que se conoce como re- traumatización.
Las consecuencias son tan graves y complejas, que tendríamos que hacer un manifiesto completo para explicarlas. Pero la palabra que lo define es trauma, cuyo origen en griego significa golpe, fractura, rotura inminente.
El ocio nocturno es el lugar por excelencia donde suceden la mayoría de abusos por desconocidos, por las condiciones de impunidad que garantiza a los agresores, el tipo de escenario donde estos comportamientos se viene normalizando, y la falta de medidas de protección y seguridad para las víctimas.
El resto de abusos, se originan en la familia y la pareja. Las violaciones de persona a persona por la calle, son las menos frecuentes.
Por eso, tenemos que actuar. De hecho, como promotoras culturales, tenemos la obligación de actuar. #Noenmifiesta.
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La paradoja de programar Djs que no llenen una sala.